Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama. Octavio Paz
martes, 1 de octubre de 2013
Aletheia
como perra en cielo
como niños envueltos en mente
depredadores de sueños.
Queremos ser cantados,
en cambio, echamos alaridos roncos a la noche
y a la luna.
¿cómo no caer en el asfalto caliente con la rodillas raspadas?
Firmamos con una flor
el papel en blanco de nuestro deseo
la carta nunca escrita
donde pedimos lo fundamental.
Entonces bailamos danzas ocultas
como animales salvajes
dentro de las jaulas de nuestro saber.
Inventamos los barrotes
inventamos las llaves,
pero es nuestra dulzura la lima,
única dadora de la templanza
para vislumbrar la libertad.
Aletheia.
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