Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama. Octavio Paz
viernes, 13 de septiembre de 2013
Ardí-d
yo sí tengo una historia que contar:
fui dueña del incendio donde éramos dioses,
donde bailábamos como espíritus la música más plena
como lobos corriendo
como dioses lobos
soberanos de los sentidos
reyes de la libertad y las calles
destructores de muros invisibles
dadores de vida
de la que bebían
mil adultos preocupados.
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