Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama.
Octavio Paz
domingo, 17 de junio de 2012
a lo que temo es a la noche y su aullido
de loba
a lo que temo es a esos ojos silenciosos y blandos.
Bello y contundente!
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