Cuando pronunciamos palabras de amor en presencia de seres vivientes lo más importante es dejar surgir las palabras de amor que estén reflejas en el fondo de un corazón de compasión, vasto y generoso. Las palabras violentas están completamente opuestas a las palabras de amor. En la vida en sociedad preguntamos con educación en relación a la salud de un otro, en la vía del buda se aconseja más bien en tomar cuidado de uno mismo y expresamos igualmente esta piedad filial. Cuando en estado de compasión nos dirigimos a un ser viviente con la misma dulzura con la cual nos acercaríamos a un bebé, entonces nuestras palabras son palabras de amor. Las palabras de amor pueden aumentar si amamos pronunciarlas y entonces saldrán palabras de amor inesperadas, imprevisibles. Durante toda nuestra existencia, con la fuerza de nuestra voluntad hay que pronunciar palabras de amor. De generación en generación o de existencia en existencia, nunca abandonar. Gracias a esta práctica de palabras de amor los enemigos se reconcilian, los hombres sabios y virtuosos vuelven la paz posible. Cuando uno recibe directamente palabras de amor, su rostro se esclarece de alegría y su corazón de felicidad. Cuando las palabras de amor son recibidas indirectamente en ausencia de la persona que las ha pronunciado, se graban eternamente en el cuerpo y el espíritu. la cimiente de un corazón de amor está en el corazón de la compasión. Es este corazón de compasión que da nacimiento a las palabras de amor. Hay en las palabras de amor la suficiente fuerza como para hacer girar a los astros en el cielo.
Dogen
Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama. Octavio Paz
domingo, 23 de septiembre de 2018
sábado, 17 de marzo de 2018
Joga
Lo que está sucediendo es el único deseo que se desliza por mi cuerpo.
Agradezco el día en que empecé a amar la lucidez
y lo real se me presentó fascinante
lo manifiesto, esotérico
lo simple, hermoso
Agradezco el día en que percibí la distancia entre yo y las palabras
entre yo y las imágenes
entre yo y las cosas.
La certeza de estar descubriendo es la única magia que quiero:
vernos saborear los colores de la comida
oírnos sentir los aromas de la poesía,
los sonidos de la piel.
Descubrir no es lo mismo que mostrar.
Aunque, como Juego y Fuego, pueden tocarse y bailar.
Yo quiero, más que alguna cosa,
lo que sostiene la unión.
Por ejemplo,
entre oído y silencio,
entre sueño y despertar.
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