Veo una nube justo encima de los ojos de él, su mirada se ensombrece cuando su mente se cierra al amor y, aunque los cuerpos entiendan lo que sucede, ese amor biológicamente sagrado, aunque su corazón lata a mil porque lo estoy abrazando, su razón lo esclaviza; él creyendo que está siendo egoísta, no se da cuenta que su egoísmo lo perjudica antes que a nadie a sí mismo.
Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama. Octavio Paz
viernes, 30 de diciembre de 2016
Veo tantos espíritus en ese vientito que le pasa por los pelos y mueve las hojas del arbusto que ella observa en quietud, mi gatita indudablemente es una con lo que sucede.
Veo una nube justo encima de los ojos de él, su mirada se ensombrece cuando su mente se cierra al amor y, aunque los cuerpos entiendan lo que sucede, ese amor biológicamente sagrado, aunque su corazón lata a mil porque lo estoy abrazando, su razón lo esclaviza; él creyendo que está siendo egoísta, no se da cuenta que su egoísmo lo perjudica antes que a nadie a sí mismo.
Veo una nube justo encima de los ojos de él, su mirada se ensombrece cuando su mente se cierra al amor y, aunque los cuerpos entiendan lo que sucede, ese amor biológicamente sagrado, aunque su corazón lata a mil porque lo estoy abrazando, su razón lo esclaviza; él creyendo que está siendo egoísta, no se da cuenta que su egoísmo lo perjudica antes que a nadie a sí mismo.
lunes, 26 de septiembre de 2016
sean igualmente bañados por el sol
Ella se destiñe
desde los ojos hasta la raíz
Designa su malestar
y vuelve ebria, como todos
esperan...
Genio de la destrucción
llegue tu mente hasta su médula
y amase su falsa ingenuidad
hasta devolverle su
forma astral
lluvia en el sacro temperamental
montañas y llanos sean igualmente
bañados por el sol.
25 /6/2015
sábado, 13 de agosto de 2016
Él extiende los brazos y el cielo se moja,
tiemblan como piernas las fauces del tiempo,
se disuelven mis epitelios en su luz solar
y se crean nuevos átomos que estallan en el aire y pintan toda la casa
y todo es plumas y risa por dentro y trepar saltando ramas en la mente
una fragancia sobria y salvaje puedo ver
su corazón gigante brillando y flotando sobre su cuerpo
desató mi sombra,
la dejó volar un momento junto a los muertos
y una nueva línea se dibujo en mi palma
su inmenso ser me daba alas pero su
pequeña mente fue cobarde
martes, 12 de abril de 2016
Enrique Symns
Conozco el dolor desde niño
cuando bajaba corriendo afiebrado
hacia la costa de las aventuras
y me encontraba siempre con esa cárcel de rutinas en que consiste la vida.
Porque estamos aquí
en donde todo es dolor
y todo nos resulta gratis
porque el sol se quema todos los días
como un bonzo que se suicida por tristeza;
en donde las sonrisas terminan siempre en puñaladas
y en donde el primer pez
cuando tuvo hambre
se convirtió en asesino.
El dolor de estar aquí
donde los pájaros aprenden
a leer y escribir
la leyes
que prohíben volar.
Esos viejos flacos y orgullosos en el supermercado, arrastrando un carrito vacío con los ojos bajos y en silencio. Porque ellos creen que el silencio es de bravos. Esos viejos muertos de hambre, que trabajaron toda la vida y no se roban ni una uva. Esos viejos que se cruzan con un muchacho rubio de pelo largo que no los ve, porque va pensando en el futuro. Porque éste es un mundo de jóvenes que olvidan su origen y de viejos que no recuerdan el destino.Pero si las moscas usaran corbata, si las balas cantaran blues, si el cielo sacudiera su viejo culo azul y las ventanas católicas de los edificios explotaran; igual... Igual habría un anciano babeando fantasías sobre las piernas de una muchacha. Igual habría todos esos tipos con caras de clavo sonriendo por las calles del mundo.
(En una tribu de monos, en una fiesta de esclavos, en una calle de zombies, yo no soy un hombre, soy un virus en tu mente.)
Un hombre solo en un cuarto regando una planta. Sufriendo porque nadie le habla o nadie lo toca y sólo le cabe recordar. O las camareras de los bares nocturnos de polleras cortas que van naufragando entre las brumas del deseo. O las conversaciones de mis amigos que antes soñaban ser héroes y ahora cobran un sueldo.
Están inyectando la jeringa del miedo en las venas del mundo.
(Yo no siento ni pienso, yo no amo ni odio, yo no vivo ni muero, no juegues conmigo, soy un virus en tu mente.)
Yo tenía veinte años y siempre estaba borracho en una pieza mugrienta. Viendo reflejar mi rostro sobre las paredes del mundo. Ahora tengo casi sesenta...y nunca lo vi...
Nunca vi a un hombre encendido y llameante,
un hombre que cuando levantara la mano para encender un cigarrillo yo viera en sus ojos los ojos de un tigre
acechando en el viento el paso del tiempo, para matarlo.
Siempre vi los ojos del miedo...
Siempre vi los ojos tristes de la nostalgia...
(En una tribu de monos, en una fiesta de esclavos, en una calle de zombies, yo no soy un hombre, soy un virus en tu mente.)
Enrique Symns
domingo, 10 de abril de 2016
Pinto el equilibrio de los días
en el cielo sostenido
por dos manos de aquarella inquietas
La luz fluorece entre astros imantados
sobre el negro vacío, completamente lleno
he visto ese vacío hacerse noche en el sol de la alegría inquebrantable
un silencio lleno de humos y esperas
he visto muertos jugar a los magos y sonreír
cientos de quebradas aves volando blancas y ciegas
niños de la calle brillando como estrellas en la corrupción inmensa
saldrías ahora en busca de lo único realmente necesario?
qué es este mundo cobarde sino amor y penas?
todo lo verde te canta y te espera
hay un fulgor en el fondo sin fondo
detrás de los mareos del hambre
y de la trama aparentemente infranqueable del egoísmo humano
todo santo
santo todo
ya no busco un donde llegar
sé que este lado de la orilla toca al otro incesantemente
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